Tanto los vecinos que viven en edificios con irregularidades como los que pagaron y no pudieron acceder a sus unidades critican a las constructoras. Es por eso que Panorama Tucumano entrevistó al dueño de la empresa Grandi, Miguel de la Cruz Grandi, y al dueño de Barenbreuker & Asociados, Otto Barenbreuker. Ambos reconocieron errores y esgrimieron argumentos sobre las razones por las que se demora la entrega de los departamentos.
Sentado en su oficina, De la Cruz Grandi sostuvo que lograr que Catastro le dé el visto bueno a un plano es muy costoso. “Aprobar una carpeta es algo que lleva en la Municipalidad un tiempo que es bastante largo, y finalmente conseguir la aprobación de la obra cuando está terminada, también es una gestión que no es sencilla”, dijo el empresario.
El arquitecto reconoció haberse quedado sin dinero para seguir construyendo los edificios. Es que, según dijo, el error fue no haber actualizado los valores de las cuotas de los departamentos en pozo. “Lo hemos hecho con la intención de que haya más gente que llegue a comprar el producto”, justificó.
“Estamos orgullosos de que haya mucha gente como maestros de escuela o gente que no podría comprar departamentos en otro lado viviendo en obras nuestras. Si la gente por ahí lo valora o no, no lo sé. Pero esa es la realidad”, expresó.
“Estamos en una nueva etapa, hoy se actualiza, hoy vendemos como todo el mundo. Hoy hay gente que le es más difícil llegar a un producto nuestro lamentablemente, pero bueno; así se han dado las épocas”, comentó.
Grandi explicó que hay personas viviendo en edificios sin el Certificado Final de Obra porque “no se puede impedir que el vecino los habite si tiene una necesidad y es el propietario”.
Además, el empresario negó que sean muchos vecinos los que hayan pagado sus departamentos y todavía no hayan podido acceder a ellos. “Lo que estamos construyendo ahora se está pagando”, aseguró.
Todo invertido
Por otro lado, Otto Barenbreuker sostuvo que el dinero de de los compradores que pagaron el 100% de sus unidades en pozo pero aún no viven en ellas se ha gastado en los edificios. Según dijo, se la destinó para comprar los lotes, armar los proyectos, sacar los permisos y hacer las demoliciones.
Lo que falta, siguiendo lo que explicó el empresario, es que más gente compre unidades para que pueda continuar y finalizar las construcciones. “Si no hay cumplimiento de los compradores, no hay otro método para financiar”, justificó.
“La autocrítica que hago es haber esperado tanto tiempo para decir: ‘hay un quiebre’”, reconoció Barenbreuker.
También comentó que, según su experiencia, desde 2009 que cada vez es más difícil hacer funcionar un sistema de inversión en pozo vendiendo los departamentos sólo a ciudadanos y no a inversores.
En cuanto al edificio ubicado en Las Heras 252 -está habitado sin Final de Obra-, sostuvo que cuenta con una calidad superior al resto de los edificios: superficies grandes, pisos de parquet y muros dobles aislados.
Según explicó, el octavo piso de esa edificación, que fue comprado por Milagro Lastra Lobo, no está finalizado porque la compradora no lo terminó de pagar.
Catorce edificios son los que todavía le queda pendiente entregar a Grandi.
Cuatro edificios son los que todavía le queda pendiente entregar a Barenbreuker.